miércoles, 4 de agosto de 2010

Peligros de usar las chanclas como calzado diario


Verano es sinónimo de muchas cosas: playa, sol, calor, bañador, chanclas... Este tipo de calzado durante el verano es el más usado por su comodidad y la facilidad para calzarlas. Por eso se han instalado en nuestros zapateros como calzado para usar todos los días. Sin embargo, algunos kinesiólogos y podólogos están comenzando a alertarnos de su uso, afirmando que no son el calzado ideal para usar a diario.


Este tipo de calzado es el más usado por la libertad que nos proporcionan, con el calor que hace, es una alivio encontrar un calzado que tenga casi el pie al aire, no sólo para evitar el sudor, sino también para evitar los molestos roces que producen otros zapatos cerrados que pueden ocasionarnos hasta pequeñas heridas en los pies. Pero precisamente ahí está el problema: al sólo estar sujetos por la tira que pasa por nuestros dedos, no proporcionan el soporte ideal para el pie. Involuntariamente curvamos los dedos, tratando de sujetarlas, y damos pasos más pequeños, haciendo un esfuerzo extra al caminar y tensando de forma continua músculos y tendones, lo que puede terminar en una lesión.


Aclaro que lo malo no es usar chanclas, sino usarlas de forma continuada, todos los días y para cualquier actividad, especialmente si no estáis acostumbradas a caminar mucho. A corto plazo, pueden causar esguinces, dolores en talones y arco, mientras que a largo plazo podrían causar fracturas por estrés e incluso juanetes.


Para escoger un buen calzado veraniego, los médicos sugieren aquellas con correas anchas, incluyendo una para el talón, que alivian el esfuerzo del mismo al reforzar su capacidad de absorber golpes. También es bueno que posean soporte para el arco, y que sean profundas a la altura del talón de modo que el pie quede más afirmado.


De todos modos, ya sabéis que esto no es una crítica exclusiva a las chanclas, porque todos los zapatos podrían tener algún problema relacionado con su uso prolongado: los tacones desequilibran la espalda, las zapatillas pueden causar hipersudoración y hongos, los zapatos muy apretados en los dedos pueden causarnos juanetes, etc.


La mejor recomendación es usar los zapatos adecuados según la actividad que vamos a realizar, es decir, usar zapatillas para el deporte, zapatos bien afirmados en el pie para las caminatas, etc., además de alternar los zapatos, no usar uno de ellos todos los días (lo que es difícil si tenéis favoritos). Así evitaréis problemas en los pies, que pueden llegar a ser muy graves y complicaros la movilidad, lo que por desgracia suele quedar en evidencia cuando ya se es muy mayor como para corregir el problema.


Vía: Arrebatadora.

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