martes, 27 de julio de 2010

Concierto de Seal en Marbella

Viernes 23 de julio de 2010. A las 8 abrieron las puertas de la plaza de toros de Marbella, fueron muy puntuales. Una plaza de toros que, en mi opinión, era un poco pequeña, pero albergó a uno de los grandes en su interior. Me sorprende saber que no hay mucha gente dentro de mis amigos que conozcan a Seal. Os contaré algunas cosillas para que lo vayáis conociendo.

Su nombre completo es Seal Henry Olusegum Olumide Adeola Samuel. Nació en Londes, el 19 de febrero de 1963. Nacido en el seno de una familia problemática y humilde, de padres nigerianos pero criado en el centro de Londres. Es músico, cantante, compositor y diplomado en arquitectura. Son conocidas sus cicatrices en su rostro, pero, a pesar de haber multitud de especulaciones, se sabe que son producto de una enfermedad llamada lupus que padeció de joven. Puede parecer que esto le resta atractivo, pero nada más lejos de la realidad. Es más la expectación que hay alrededor que lo que es en realidad, creedme que he estado a menos de medio metro de mi cara y lo he comprobado con mis propios ojos.

Aún así, eso no le ha impedido casarse en 2005 con la modelo con las piernas más largas del mundo, la alemana Heidi Klum. Ha tenido con él tres hijos: Henry Guenther Ademola Dashtu (12 de septiembre de 2005), Johan Riley Fyodor Taiwo (22 de noviembre de 2006), y Lou Sulola (9 de octubre de 2009). Pero también adoptó a la hija que tuvo su mujer con su ex marido Flavio Briatore, Helene (4 de mayo de 2004) (hija, la cual Briatore nunca ha reconocido).

En su carrera musical ha realizado un total de 7 discos, de los cuales ha lanzado 6. El  primero en el año 1991, titulado "Seal", el segundo "Human Being" en 1998, el tercero en 2001 llamado "Togetherland", que finalmente no fue lanzado. En 2003 lanzó un disco llamado "Seal IV" y 2004 fue el año en el que sacó una recopilación llamada "Best 1991-2004". Ya sólo queda "System" que salió en 2007, y "Soul", en 2008. Aunque quizás su single más famoso sea "Kiss from a rose", canción que formó parte de la banda sonora de la película "Batman Forever", por la cual recibió tres premios Grammys en 1995.

En fin, ahora que ya sabéis algo de Seal, vayamos a lo del concierto. Como os iba diciendo, abrieron las puertas de la plaza de toros de Marbella a las 8 de la tarde. Y en primerísima fila estaba yo, cámara en mano, intentando capar todo lo que pude. Lo primero que me llamó la atención es que a la hora de comprar las entradas, sólo podías comprar una, la general. Sin embargo, como siempre, esto no fue así, porque sí que hubo Vips que se acomodaron en una especie de palco donde ponía "Presidencia". Perdonad mi falta de conocimientos taurinos, pero no sé realmente como se llama eso. Por supuesto, mientras los demás estábamos o intentando acomodarnos como podrían en los asientos de la plaza, o de pie en el albero, que es donde estaba yo. Pero los Vips corrieron mejor suerte, como siempre, sentándose cómodamente en sillones y sofás, donde les servían las copas en mesitas divinas de la muerte a juego con los sofás. Eso sí, pudiendo disfrutar de casi la mejor vista del escenario. Casi, la mejor vista la tuve yo y todos los estaban conmigo al pie del cañón, donde estábamos tan cerca de Seal, que cuando sudaba nos caía el sudor encima. Literalmente, no digo nada más.

Poco antes de las 10, empezó una música muy rítmica, de discoteca, y de repente, salió un saxofonista vestido completamente de blanco, tocando al compás de la música discotequera. Sinceramente, tanto yo como mis acompañantes, nos quedamos muy impresionados. Es que este tipo de cosas sólo se ven en Marbella, en discotecas de alto copete como la de Olivia Vàlere. Pero no nos esperábamos aquello en ése concierto, aunque fue una grata sorpresa.

Sobre las 10, comenzó ya el espectáculo. Hubo un juego de luces y algo de humo. Comenzó la música y volvió a salir un músico, en este caso mujer y trompetista. Volvió a tocar al son de la música. Fue impresionante, llevaba un vestido recogido al pecho largo y negro. Cuando terminó, volvió atrás con sus otras compañeras y salió Seal.

Vestido de forma informal (esto me sorprendió, pensaba que iba a vestirse algo más clásico) con unos vaqueros, una camiseta negra microperforada de manga larga con capucha, un chaleco superpuesto también negro, un cinturón de brillo (se veía poco), y unas deportivas de charol. Llevaba también una cruz colgando del cuello un poco grande, pero la llevaba debajo de la camiseta, la cual, al ser microperforada, se podía ver. Ese tipo de camisetas no le sientan bien a todo el mundo, pero a él le quedaba genial.

Con un físico bastante fuerte pero con un poco de tripilla, Seal dio un concierto espectacular. Lo dio todo. Cantó tanto canciones de su último disco como sus clásicos más populares. Cabe destacar, que cuando cantó "Kiss from the rose" dijo que era una de sus canciones favoritas.

Hubo un momento gracioso en el que la gente le llamó "torero" varias veces, y él contestó que muchas gracias, pero que no sabía lo que decíamos, entonces la gente se lo dijo en inglés "bullfighter" (quizás esto se deba a la cantidad de gente extranjera que había en el concierto, algo típico en Marbella, lo que pasa es que no sé si Seal entendió realmente por qué le llamamos eso).

También hubo otro momento que me quedará para el recuerdo, cuando, justo en frente mía, había una señora mayor con un sombrero de cowboy. Se notaba por sus rasgos que pertenecía a un país del norte. Lo gracioso no sólo fue esto, sino que iba acompañada de su hijo y de una revista alemana, donde salían Seal y su mujer Heidi en un reportaje de fotos, y quería que se lo firmara. A los minutos de haberlo hecho Seal, en pleno concierto, vi como los médicos del concierto se la llevaban en una camilla a la pobre mujer. Es que era muy cansado incluso para mí, imaginaros para ella que era mayor, y más aún si Seal se dirige a ti para firmarte una revista. Es que a mí me da un infarto de miocardio.

Otro momento curioso fue cuando Seal preguntó que quién era el que chillaba tanto, un grupo de personas señalaron a un chico, y Seal le dió su micrófono mediante el palo donde estaba sujeto, y le dió la oportunidad de hablar. El chico dijo, primero en español y luego en inglés, que Seal era el mejor cantante del mundo, y que quería subir a cantar con él. Desde luego, agallas tenía el chaval.

El momento idiota lo protagonizó una mujer que rondaría los 40 o 50 años, la cual iba vestida con un mono horterísimo, de estampado de leopardo pero con purpurina, y encima la tela era de brillo. Apenas iba maquillada y se notaba que hacía mucho tiempo que no visitaba una peluquería. También llevaba gafas. De piel morena, que hace pensar que quizás se deba a que pueda tener orígenes hindúes. Yo no sé qué se habría tomado, pero estaba totalmente desatada. Tal comportamiento sólo se esperaría de una adolescente de 15 años como mucho con las hormonas totalmente revueltas (y algunos litros de alcohol en sangre, todo sea dicho). Resulta que esta mujer, que estaba más atrás que donde estaba yo, se acercó al escenario justo delante mía, e intentó que un chico que estaba allí la ayudara a subirse al escenario. El chico se negó en rotundo (se veía que era muy fan de Seal, se sabía todas las canciones), pero eso no le importó a la mujer, que ni corta ni perezosa, se quitó los tacones y se subió al escenario ella sola. Tardaron una milésima de segundo en tirarla al suelo dos guardaespaldas como dos armarios empotrados. Vamos, es que si llega a extender los brazos vuela y todo. Pero no voló, se estrelló, y ¿a que no sabéis encima de quién? Pues de mí, me tocó (su rodilla aterrizó justo en mi pie izquierdo, que se me calleron dos lagrimones que me hizo recordar a la madre de esta mujer).

Pero ni siquiera esto me impidió disfrutar de uno de los mejores conciertos de mi vida, quizás no el mejor, pero sí en el que mejor me lo pasé. Después de esto incluso Seal me dio la mano y le entrelacé mis dedos con los suyos. Fue muy emocionante y un grupo de chicas que estaban a mi derecha (¡simpatiquísimas!) se pusieron eufóricas, a pesar de que Seal también había hecho lo mismo con una de ellas minutos antes.

En definitiva, Seal suena incluso mejor en directo (y se mueve en el escenario genial). Con la tarjeta de la cámara llena, la batería vacía y sin querer tocar a nadie con la mano derecha para querer alargar ése momento un poco más (que por cierto, tenía las manos heladas). Seal se portó tan bien con el público que ni siquiera le pidió bises, estaba más que satisfecho. Mereció la pena ir, como vuelva, yo me apunto ;-)

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